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Editorial Numero4

EDITORIAL

Los estados de confinamiento o reclusión han sido muchos a lo largo de la Historia en diferentes periodos y todos han generado un poso en el imaginario que, en numerosas ocasiones, han sobrevivido en el tiempo a modo de artefactos y creaciones de índole diversa.

El estado actual no es, por tanto, una excepción, aunque sí las circunstancias en que se produce y consecuentemente tampoco lo es la producción que trata de entender para construir discursos de significación a dicha situación. Probablemente lo que determine de forma más claramente diferenciadora la actual reclusión de otras sea la inmediatez de las respuestas a ella. La hiperconectividad y la tecnología son las marcas identitarias del nuevo imaginario de hoy, lo que supone una de impronta con respecto a hechos similares con consecuencias netamente específicas.

Sin embargo, esta inmediatez sacrifica lo que en ocasiones anteriores fue imprescindible para la asimilación e interiorización de los hechos, o lo que es lo mismo, su aposentamiento en el imaginario social y de cada individuo en particular, la reflexión. En una sociedad de la satisfacción inmediata y del consumo continuo, lo imaginario se crea de forma instantánea y global, carente de cualquier filtro en muchas ocasiones, manipuladas otras, pero sin un consenso o aceptación claros más allá de la mera visualización y sanción en dispositivos y redes sociales virtuales. Muy lejos queda, por supuesto, cualquier proceso de gestación, elaboración y difusión de las ideas e imágenes, sino más bien una fagocitación y excreción de ello.

El imaginario actual está, sin duda, mediatizado por los discursos masivos, complacientes y no pocas veces populistas, lo que engendra distorsiones interesadas y sumisiones encubiertas. Esto no resta que haya manifestaciones válidas, de calado y con una intencionalidad de transformación humana. La amplitud del espectro imaginario es tremenda, aunque los puntos de partida y los materiales constructivos entre sus manifestaciones difieren, lo que impide la equiparación relativista de muchas de ellas.

Será sobre todo en los ámbitos de la cultura y el pensamiento donde habrá que buscar las aportaciones más serias y menos efímeras o impregnadas de un discurso mayoritariamente aceptado en el que todo vale lo mismo.

Ciertamente, esta nueva entrega, el número cuatro, de nuestra revista Archivos del Imaginario tratará de indagar, por muy diferentes caminos, algunos de ellos bastante al margen de la “normalidad” social actual, sobre el impacto de las diversas formas de confinamiento en la elaboración de materiales y construcción del entramado imaginativo en el que nos movemos y al que llamamos sociedad. Sirva, pues, este editorial a modo de “preámbulo” de una serie de entradas, aún por determinar, pero que se irán reseñando en este mismo espacio a medida que se vayan publicando.

Los contenidos que reunamos provendrán del esfuerzo de su equipo redactor, que mantiene abiertos diferentes frentes: por un lado, materiales producidos por la comunidad educativa del IES “Montevives”, tanto profesores como alumnos; y de otro, colaboraciones externas de especialistas, creadores y pensadores que se han avenido a participar en nuestros Archivos. Especial mención merece la generosidad, poco común, de Ediciones El Salmón, que posee un catálogo altamente recomendable, y que nos ha autorizado a reproducir desinteresadamente la maravillosa novelita de E. M. Foster, La máquina se para.

La oportunidad de una novela como La máquina se para de E. M. Foster, traducida por Javier Rodríguez Hidalgo, se justifica tanto en la excelencia de su autor –uno de los narradores británicos más brillantes del siglo XX, autor de novelas como Una habitación con vistas o Pasaje a la India– como en su temática. Escrita en 1909, se trata de una distopía que recrea un modelo de sociedad asombrosamente semejante a la que, durante estos meses de confinamiento, hemos experimentado y sufrido. Un auténtico descubrimiento.

Memoria de una pandemia, ofrece la especial visión de estos terribles tiempos que nos ha tocado vivir de Fernando Jaén, médico internista y poeta, quien es capaz de desplazar su personal visión de su terrible experiencia al borde del abismo desde las cifras y experiencias del profesional sanitario hasta la vivencia humana de sí mismo como hombre.

En una línea paralela, aunque equidistante, Salvador Pérez Dueñas lanza la opacidad y extrañeza de sus textos poéticos y narrativos, que cuestionan la realidad en una hibridación discursiva inquietante en cuya claustrofobia sólo aparecen la emoción ante la creación y el amor como posible horizonte de esperanza.

Cómics de superhéroes, productos de la experiencia estadounidense, reproduce una conferencia que el 19 de mayo de 2012 impartió el profesor de la Universidad Estatal de Michigan, Julian C. Chambliss, en el que establece cómo el cómic ha pasado de ser un producto masivo y marginal de entretenimiento adolescente a un símbolo de las experiencias colectivas de la sociedad estadounidense, de la que el superhéroe es la encarnación de los símbolos e idearios colectivos y mecanismo de intercambio generacional y asunción de arquetipos del nacionalismo o la lucha feminista. Su traducción ha sido parte de las tareas realizadas por nuestro alumnado durante esta fase de confinamiento.

Por su parte, Las palabras de la tribu de Antonio Morales Toro, título homónimo al del ensayo del poeta José Ángel Valente, recoge tanto la necesidad de reformular, de reescribir los espacios educativos en los centros escolares como las intervenciones específicas realizadas en el IES “Montevives” para cambiar la concepción de mero receptáculo inscrito en la propia arquitectura de los edificios donde se imparte la docencia de este país. Es el intento de adueñarnos de un espacio concebido como ajeno, alejarnos de una educación alienada.

En tiempos de crisis, en tiempos de desesperación, renace al margen de todo orden moral, religioso o racional otro gobernado por los afectos que genera toda una causalidad subterránea que reformula tanto las relaciones colectivas como la percepción del conocimiento. Así lo analiza en su artículo La naturaleza emocional de los seres vivos según Spinoza la profesora de Filosofía de nuestro centro Encarnación Almécija a través de la teoría del Conatus que contradice las afirmaciones de Descartes y anticipa las apreciaciones de F. Nietzsche.

Imaginario y Altas Capacidades: el impacto del covid-19, nos introduce en el primero de una serie de documentales, realizados en el marco del Proyecto Rivendel, que llevará por título 24 Letras. Veinticuatro documentales que explorarán el universo particular del imaginario de los/as adolescentes con altas capacidades o pensamiento divergente. En esta ocasión presentamos el documental perteneciente a la letra “C” y que lleva por título C de caída, confinamiento, covid-19. Ha sido realizado y producido por el alumnado inscrito en el Proyecto Rivendel de nuestro Centro durante el periodo de confinamiento y constituye una maravillosa oportunidad de comprobar cómo algunos/as de nuestros/as alumnos/as con AACC han vivido, pensado y sentido durante este periodo. Sorprendente.

El artículo de Miguel Viceira, Cogito ergo sum, incide en las paradojas de la identidad y en la ficcionalidad misma del sujeto cartesiano cuyo sustento se tambalea al poner en tela de juicio los parámetros que lo sustentan, tales como la racionalidad, el sujeto consciente o el discurso como constructo lógico.

Y precisamente el discurso, específicamente el discurso literario y su problemática de definición, es el elemento axial que Inmaculada Romera organiza en La literatura y el vacío. En tiempos vacíos de su contenido cotidiano ponen en tela de juicio la legitimidad de sus usos y organización, discursos varios tratan de llenar y sostener ese tiempo. Pero el tiempo de la verdadera literatura es otro, es el tiempo del vacío, del discurso que no dice “nada”.

Textos precisamente que hablan sobre los límites necesarios, sobre las fronteras impuestas son los del poeta Fernando Soriano Bensusan, ubicados en los márgenes siguiendo irremediablemente las bifurcaciones del silencio para hallar los vacíos del decir.

 

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