«Había perdido la fe de una manera curiosa. Yo creía en la existencia de todo: el Cielo, el Infierno, la Hueste Angélica, demonios y posesión, redención y crecimiento, el valor en términos espirituales del sufrimiento de los inocentes, y nuestro lugar en el universo y el lugar del universo en la creación. Creía en Dios y en toda su gloria. Creía en la Inmaculada Concepción y el pecado original. Creía en algo que denominé la Santidad Original. Creía en Santa Claus y que los humanos habíamos pisado la luna. Creía que una persona culta que no cree en los milagros no es realista. Lo aceptaba todo. Siempre lo hice y aún lo hago. Pero un día, simplemente perdí una parte de esa fe. Dicha pérdida tuvo que ver con el recordatorio continuo y en todo momento para mí y para todos los que había amado, de que éramos insignificantes, de que la inminente posibilidad de la pérdida de nuestras vidas e incluso nuestras almas inmortales probablemente no importaba una mierda, ni a Dios ni a sus mensajeros en la Tierra. Era un mundo sin Superman» (Maggin, 1999 Capítulo 1).
Con este párrafo da comienzo la que es conocida como una de las mejores historias de superhéroes jamás contada. Así comienza La Llegada del Reino (Kingdom Come), uno de los primeros cómics estadounidenses que combina con éxito la religión y las viñetas. La Llegada del Reino es una versión adaptada del Libro de las Revelaciones (Apocalipsis de San Juan) que usa a los superhéroes como contrapartes de los personajes originales de la obra.
La historia comienza varios años en el futuro. Muchos de los héroes originales de la Liga de la Justicia han perdido la esperanza en las personas que protegen y en la justicia por la que lucharon por mantener durante tanto tiempo. Superman se ha aislado en su morada ártica, la Fortaleza de la Soledad, y la mayoría de los demás héroes se ha retirado y viven vidas normales entre el resto de la sociedad en América. Un nuevo grupo de jóvenes héroes ha formado una nueva liga. Sin embargo, estos han olvidado lo que significa ser un héroe y no conocen la gran responsabilidad que conllevan sus dones. Ya no emplean las habilidades para la búsqueda de la verdad y la justicia; en su lugar, las utilizan para su propio beneficio y entretenimiento. Luchan solo por luchar, no representan nada y no defienden a nadie más que a sí mismos.
Bruce Wayne se ha convertido en un héroe independiente y se ha separado de sus antiguos compañeros superhéroes y la nueva liga de héroes adolescentes. Ha perdido la confianza en la bondad de la humanidad y cree que todos son culpables. Ahora él gobierna Gotham, en la que ha impuesto un reinado de terror. Envejecido y debilitado, usa un ejército de autómatas para infundir miedo en los corazones de cada hombre, mujer y niño en la ciudad.
La Mujer Maravilla viaja a la Fortaleza de la Soledad y convence a Superman de que deben hacer algo para salvar lo que por tanto tiempo han tenido y han olvidado. El regreso de Superman es un claro paralelismo con el segundo advenimiento de Cristo profetizado en el Libro de las Revelaciones. Comienza entonces una espectacular batalla que involucra a los superhéroes clásicos, a los nuevos superhéroes, al pequeño grupo de héroes independientes como Batman, y a los humanos. El conflicto apodado La batalla de Armagedón finaliza dramáticamente cuando los humanos lanzan un ataque nuclear contra los superhéroes. Billy Batson, el Capitán Marvel, también conocido como Shazam desde 2011, y líder de los nuevos superhéroes, se sacrifica para detonar las bombas antes de que alcancen su objetivo. A pesar de sus esfuerzos, la mayoría de los superhéroes son aniquilados por la detonación.
No obstante, Superman resurge de las cenizas de la explosión, con el traje rasgado y ennegrecido por el tremendo estallido. Lleno de rabia y con sus ojos brillantes de color rojo, retiene su visión calorífica. Asemejándose así más a un villano que a un héroe, se dirige con una velocidad deslumbrante a la sede de la ONU y enfurecido por lo sucedido a sus amigos, amenaza con destruir el edificio, así como a todos los que se encuentran dentro de este. Los humanos gritan con el mismo miedo que durante tanto tiempo habían sentido por sus semejantes superhéroes. Finalmente, Superman se arrepiente de sus actos e inmediatamente vuelve en sí y cesa su ira. Tras ello, se presenta ante los humanos con lo que queda del uniforme del Capitán Marvel y les propone usar su sabiduría para guiar, en lugar de liderar a la humanidad. Los humanos y el resto de superhéroes llegan a un acuerdo de paz e inician las reconstrucciones. Por otro lado, la Mujer Maravilla se convierte en embajadora de los súper humanos, Batman pone fin a su cruzada y abre un hospital para los heridos en la guerra y Superman utiliza un arado gigante para comenzar a restaurar las tierras de cultivo del Medio Oeste que fueron devastadas por la explosión. (Superman a través de los años, 2000).
La historia entretiene a la par que instruye y enseña los mismos valores morales y conclusiones propias de cualquier lectura religiosa. La obra es desoladora, pero tiende a ser leída y entendida tal cual, sin una interpretación más profunda. Simplemente se puede leer y concluir algunos valores superficiales, sin extraer una idea más elaborada. Pero la verdad es que hay una libertad en esta historia que no está presente en ninguna historia religiosa moderna, y se trata de la libertad de elegir: elegir qué creer y en qué medida, elegir de quién ponerse de lado, y por qué ser o no ser juzgado.
(Traducido por Miguel Ángel Viceira Reina)
Las imágenes que aparecen en el artículo pertenecen a la paleta de Alex Ross.
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